En el interior de la vivienda se proyectó un ascensor, afectando a las vigas principales de la estructura. El nuevo reparto de cargas se resolvió con una estructura de hormigón armado autoportante que descansaba sobre una nueva cimentación.

En el centro de la edificación se encuentra una amplia escalera de caracol de gran valor arquitectónico. Su rehabilitación comprendió el saneado, protección y pintado de las rejas, la reparación in situ de los peldaños de mármol, el lijado y restauración del pasamano de madera y la recuperación de las molduras de yeso.

En las fachadas, nos encontramos con molduras de diversas formas y figuras. En algunos casos, se pudieron reconstruir in situ y en el resto, debido al alto grado de deterioro, se sustituyeron por otras nuevas fabricadas en yeso, obtenidas a partir de moldes de las existentes.

Previamente, en la cara sur, la más afectada por el ataque salino, se procedió al saneado completo de la fachada, incluyendo el cepillado y pasivación de las armaduras.